Pasados los límites de la sola conformación natural unitivo-procreativa, estamos ante la realidad del ser humano vivo, por lo demás un igual como todo otro ser humano en imagen y semejanza al Creador.
Por lo tanto, la primacía la lleva este ser humano cuya fecundación artificial no le quita como que tampoco le agrega propiedades: lleva la "delantera" por su dignidad humana, inherente, desde que se constituyó como un nuevo ser -el cigoto.
Todas las demás personas, empezando por sus progenitores, están a su misma altura, en su mismo nivel de importancia, pero como servidores de los cuidados que su vida requiere.
Todo lo demás, lo tecnológico sanitario y lo administrativo económico, lo social y lo cultural, están, a su vez, como herramientas de los cuidados que le dan sus asistentes.
Más que un aspecto importante, el aspecto más importante.
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